domingo, 15 de marzo de 2015

Jajó vivió la historia de "El desertor"


Centenares de personas se congregaron en la plaza del pueblo para ser los primeros en ver el largometraje en el que la comunidad participó del rodaje. Fue así como 
bajo la neblina y las estrellas, Jajó se convirtió en un cine, donde grandes y chicos disfrutaron de la ópera prima de Manuel Chamorro

A cielo abierto disfrutaron los jajoenses de la primera
proyección de "El Desertor"
Las escaleras de la iglesia, vacías la mayor parte del año, se tornaron en gradas. Los vecinos aprovecharon de saludarse, de contarse lo que no pudieron durante la semana. Hasta los desconocidos, de fuera del pueblo, llegaron a sentarse frente a la pantalla inflable de 8 metros por seis, en la cual se podía leer “El Desertor”. A las seis de la tarde, en otros jueves, estarían en sus casas, pero esa noche no, nadie quería perderse el evento del año. No cabía un alma más, ¡Dios! ni en las fiestas patronales.

Esa ansiedad la guardaban desde principios de 2014, cuando unos 300 trujillanos, jajoenses en su mayoría, dejaron de lado su cotidianidad para volverse “un equipo de producción conformado por un pueblo”. Jajó es uno de los principales exportadores de flores y hortalizas a todas las regiones del país y, para la productora de 9 1/2, Amanda Quijano, es la locación perfecta para contar cualquier historia de los años 30’s, 50’s o 90’s, por su aspecto atemporal.

La película fue rodada en esta población trujillano en 2014
Un pueblo-museo

Para el guionista y director de “El Desertor”- que cuenta fragmentos de la vida de un joven desertor de la milicia en época de la recluta- Raúl Chamorro, la localidad de Urdaneta está como “detenida en el tiempo”. Fácilmente alberga en sus calles de piedras 400 años de historia nacional. Es un pueblo-museo y por eso la escogieron entre varios lugares de Los Andes. Para esta película, se utilizaron objetos de la misma gente: sus ollas, piedras de moler, sus televisores y radios antiguos. También su trabajo de carpintero, electricista y hasta
asistentes de producción.
Por eso, todos querían verla. El que no salía como extra o figurante, al menos había prestado un utensilio de cocina.  A las siete de la noche, la pantalla se iluminó. A parte de la película, se escuchaba la respiración vibrante de los espectadores, quienes fueron los primeros de toda Venezuela en apreciar el resultado de un año de trabajo.

“El Desertor” es la ópera prima de Chamorro, quien oyó de su prima trujillana el cuento de un evadido que huyó a las montañas y se inspiró para esta historia. Lo ayudaron para llevarlo al cine: su co-guionista, Noeli Van Der Dys; el director de fotografía, Gerard Uzcátegui; director de arte, Aureliano Alfonso; directora de actores, Irina Dendiouk; editor, Miguel Ángel García, asistente de director, René Villarreal; director de producción, Carmen Rivas; diseño de sonido y sonido directo, Francisco Toro y David de Luca; música, Álvaro Cordero; productor de campo, Yosmel Pavón; y sus actores, que reúnen el talento artístico de Mérida, Táchira y Trujillo. No sólo del cine, sino del teatro y la televisión.

El público quedó cautivado con la historia de "El Desertor"
Verse, reconocerse

La vecina que hace pizzas se llevó su bandeja resuelta para vender. El cotufero si estaba alegre, se alegró más. Igual los vendedores de perros calientes y arepas en los alrededores de la plaza Bolívar. Pronto la neblina bajó y la corriente de frío se acomodó para ver la película con los actores, realizadores y demás presentes. Cada escena cautivó al público: los personajes se convirtieron en sus familiares, gracias a la actuación natural de sus intérpretes.

Las risas y aplausos eventuales delataban al
La velada se convirtió en un encuentro
de los pobladores de Jajó
vecino que salió en pantalla. Los paisajes, calles y gente - cotidianos para la mayoría- reflejados en la proyección se redescubrieron en su belleza. Seguro, a más de uno se le llenó el pecho de orgullo. La riqueza gastronómica andina, también tuvo su protagonismo: la cuajada, la pisca, el pan de leche. Ver este largometraje es reconocerse.

Está inundada de referencias a poblados trujillanos, de sus frases, de su acento. Sin embargo, no deja de ser universal. Es un relato fílmico que gustará en el centro, oriente, occidente y hasta fuera del país. Si aún tienen dudas, el 27 de marzo estará en 40 salas comerciales de Venezuela, pueden ir a verla. Mejor dicho ¡A diablo! deben ir a verla y apoyar el cine nacional.

El director Manuel Chamorro y parte del equipo de actores
¡Gracias Jajó!

Al final de la proyección, el unísono de los aplausos apabulló a los cineastas y actores, quienes dirigieron a los pobladores sentidas palabras de afecto. Todas resumidas en la frase ¡Gracias Jajó!, gracias por acogerlos con amabilidad, apoyarlos y darles la oportunidad de ganarse nuevos mejores amigos. No faltaron los abrazos, las risas y las anécdotas. Para cerrar, la agrupación Los Giros de San Benito, de la Mesa de Esnujaque, representó una coreografía en el centro de la plaza, acompañados de música autóctona.

Un cine con identidad

Será el 27 de marzo cuando esta producción
se estrene en las salas nacionales
Los realizadores de “El Desertor” concluyeron que era una obligación proyectar la película donde se rodó, como una manera de devolver el apoyo de la gente en la realización de esta obra. Una iniciativa, efectuada por el Cnac y ayuda del Circuito Gran Cine, que no es nueva, pues ya se ha hecho con otros filmes como “La distancia más larga”, de Claudia Pinto, en el Roraima. Además, los hacedores del largometraje, están convencidos de que habrá muchas otras historias por contar. Un cine con identidad local, venezolana y universal. La película, también servirá para incentivar el turismo y otras actividades comerciales en la región.

Una experiencia bonita y trasformadora  

Marinel Araujo: Es muy difícil que toda la comunidad se encuentre en el mismo punto. Hoy, en la proyección, hubo mucha unión. Todos están emocionados, dándose abrazos, porque  no es algo común ver al vecino en la pantalla del cine.

Alí Saúl Ruiz: Vivo en Jajó y participé como extra. Mi experiencia fue maravillosa la pasé muy bien, me gustó el largometraje, espero que en el pueblo se repita otra película, porque esta tierra se presta para muchas cosas.

Libi Elena Araujo: Me alegra mucho, que hayan tomado en cuenta al pueblo en la proyección de la película. Es muy bueno, es una emoción muy grande ver a tus vecinos ahí. Saber y reconocer los caminos donde se grabaron las escenas.

Cecilia Araujo: Nos sentimos muy contentos, porque todo el pueblo participó y ahorita al ver la película, nos sentimos muy emocionados de ver a todos los actores del pueblo. Entre ellos a mi sobrino. Muy contenta estoy.

Andrés Araujo: Fue una experiencia muy bonita participar en la película. Es primera vez que veo algo así. Cuando se terminó de grabar en marzo de 2014, pensábamos que el tiempo pasaría muy lento, pero finalmente llegó este día.

Carmen Alviárez (Corpoturismo): Jajó posee una riqueza turística excepcional. Yo creo que “El Desertor” cuando visibiliza a Jajó, va a impulsar y fortalecer la visita de próximos turistas que se van a enamorar, de igual manera que se enamoró el equipo técnico, productores y actores.
Rubén Daboín (Gabinete de Cultura): Lo más interesante de la película fue la participación de los pobladores de Jajó. Lo que dejará un nivel organizativo aprovechable para generar un semillero e impulsar las redes populares de cine y audiovisual.

Rodrigo Llamozas (Cameo): Nos encargamos de la parte de promoción y marketing de “El Desertor”. La película tiene sus redes sociales en Twitter, Instagram y Facebook. Pueden buscarlo y seguirlo a través de la cuenta @eldesertorfilm.

Andinismo de pura cepa

Magdiel González es Julián:

Viene de la Escuela de Artes Escénicas de la ULA y empezó en cortometrajes. Para “El Desertor” tuvo que adelgazar 12 kilos para el papel, con una dieta estricta. Se sintió Julián desde el primer día que arribó a Jajó, porque lo recibieron con cariño. Se identifica con su personaje -un joven soñador y perseverante- porque como él es oriundo de un pueblo llamado Jají en Mérida.  Está enamorado de Sagrario (Eliane Chipía).

Leónidas Urbina es Tte. Montilla:

Es quien le hace trabas a Julián Guerra, busca desequilibrarlo emocionalmente. Es un hombre que aprovecha el poder para hacer el mal, sin importar que el mal exista. Lo siente natural. "Para mí fue una experiencia maravillosa, porque no fui al ejército y fue interesante poder convivir y entender el mundo del militar". Para prepararse, se internó en el cuartel de Mérida y vivió un entrenamiento de orden cerrado.

Mercedes López  es Evarista:

Es la madre de Julián. Es un personaje muy hermoso, porque es mágico. Representa una madre idealizada que lo acompaña durante todo su proceso. Como actriz estoy emocionada de estar en Jajó, que nos brindó toda su hospitalidad para que se diera este film. Como muestra de agradecimiento, la primera proyección será aquí, de donde son la mayoría de los personajes que le dieron vida al pueblo.

Narada Martínez es Julián niño:

A sus 12 años, interpretó a Julián de niño. Es un personaje que quiere y respeta mucho a su mamá y abuela. El joven Narada, cuando sea adulto quiere ser actor. Dijo sentirse feliz con la experiencia dentro de la película, en la cual aprendió a ordeñar vacas y otras cosas que le servirán en su formación. Jamás se había imaginado hacer algo que sólo había visto en el cine. Se divirtió mucho.

Eduar Rangel es el distinguido Rangel:

Es estudiante de actuación en la ULA Mérida y en “El Desertor” es uno de los secuaces del teniente Montilla y están para cumplir sus órdenes. En cine ha trabajado en cortometrajes y en la película “Postales de Leningrado” de Mariana Rondón, en series de televisión local y por internet. Actualmente hace teatro. Se enamoró de Jajó, un pueblo que no puede dejar perder sus tradiciones. (Crónica de María Gabriela Danieri/DLA Trujillo/Fotos cortesía: Corporación Trujillana de Turismo)

Trailer Oficial El desertor


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